En todo enfermo de alzheimer llega el momento en el que disminuyen sus capacidades para realizar actos tan cotidianos como cocinar, o tan básicos y necesarios para la vida como alimentarse..
Sugerencias:
- Evalúe en qué medida la persona puede preparar su propia comida.
- Disfrute de la cocina como una actividad compartida.
- Tenga instalaciones de seguridad.
- Retire utensilios afilados.
- Provea servicios de comidas y trate de ver que el enfermo coma suficiente alimentonutritivo.
- Las personas con demencia, a menudo, se olvidan si ya comieron o cómo deben usar los cubiertos.
En las últimas etapas, una persona con la EA tendrá que ser alimentada. Aparecerán algunos problemas físicos tales como el no poder masticar bien o tragar.Sugerencias:
- Tendrá que recordar a la persona cómo comer.
- Servir comida que pueda comerse con la mano.
- Cortar la comida en pequeños trozos.
- En las últimas etapas, para prevenir el riesgo de que el enfermo se atragante, o incluse se ahogue, puede licuar o procesar la comida.(consistencia semi-sólida)
- Recuérdele que debe comer despacio.
- Sea consciente de que puede no distinguir entre frío o caliente y puede quemarse la boca con líquidos o alimentos calientes.
- Cuando tenga dificultad para deglutir, consulte con el médico para aprender la técnica de estimular el tragar.Tal vez deba hacer un cambio en su alimentación.
- Sirva una porción de comida por vez.
- No olvide ofrecerle líquidos para evitar la deshidratación.
- Puede cambiarles la consistencia, por ejemplo en forma de gelatinas o utilizando algún espesante.
Para más información: http://www.alma-alzheimer.org.ar/home.htm
¿Un consejo personal? Yo soy de las que opina que mientras la persona, con o sin determinadas dificultades, tenga la mínima capacidad de realizar lo que antes eran sus actividades diarias de una forma más o menos autónoma, debemos de intentar conservar esas capacidades todo lo posible, es decir, recomiendo a las personas a las que les ha tocado la labor de cuidar armarse un poco de paciencia e intentar que la persona (en caso de que la fase de la enfermedad en la que se encuentra se lo permita) haga todo aquello que pueda por sí mismo, ya que en ocasiones puede resultar muy frustrante para los enfermos no verse capaces de realizar aquello que años atrás resultaba tan simple y básico, además, todo esfuerzo se ve compensado al poder comprobar como a veces ese ser querido va consiguiendo "evolucionar" un poco, llegando incluso a volver a ser capaz de comer cuando antes no lo hacía (sobre todo si el enfermo ha estado durante un período de tiempo en el hospital). No quiero decir que una vez que el enfermo haya perdido determinadas capacidades, estas siempre puedan volver a recuperarse, ya que la evolución de la enfermedad conlleva finalmente la total dependencia del enfermo, pero, cuando es posible merece la pena el esfuerzo de que el ser querido pueda llevar la enfermedad lo mejor que ésta se lo permita.
Totalmente de acuerdo con lo que dices pero voy a aprovechar este espacio para hacerte un comentario a la encuesta sobre el ingreso en residencias.
ResponderEliminarEs muy difícil formular preguntas sin "condicionantes". Por ejemplo yo hubiese contestado la tercera:
"Si, sólo en el caso de que la situación entre el enfermo y los familiares sea insostenible"
Pero la palabra "insostenible" me parece poco acertada, quizá hubiera quedado mejor, "o cuando otras condiciones o circunstancias" lo hagan aconsejable".
Ese fue mi caso, después de tener a mi madre conmigo unos años, cuando se agravó su dependencia, murió mi hermana (anteriormente me había muerto mi hermano y también mi padre, que paso tres años con una demencia y al que cuide igualmente) y yo tuve que tratarme por una depresión, quizá por verme sola con ella, etc. (añadido a barreras arquitectónicas en la casa, etc.)Esto es muy largo para un comentario en un blog...
Pero puedo decirte que durante la etapa final en la residencia estuvo maravillosamente cuidada como yo no hubiera podido hacerlo en casa. Eso sí, todos los días (y los fines de semana enteros, dándole yo las comidas), tuvo mis besos y mis caricias. No me conocía ni me hablaba pero solo con mirarnos éramos felices las dos.
Ahora que hace un año que se fue y miro hacia atrás, creo que hice lo correcto en cada momento y siempre actúe en conciencia.
La atendí en su casa primero, luego en la mía (alternando con un centro de día) y finalmente en una residencia pública extraordinaria y con muchos años de experiencia en el tratamiento de estos enfermos, recibiendo siempre el máximo de cuidados, atenciones, compañía y cariño, sobre todo mucho cariño.
Todo es difícil de explicar. La residencia no es nada negativo si el llevar a ella a un enfermo/a no se hace por egoísmo sino por mejorar la calidad de la atención y la relación humana entre familiar y paciente.
Hay que sopesar muchas cosas. No es una respuesta de si o no. Y no por tenerlos en casa se les cuida mejor. Lo importante es quererlos, preocuparse por ellos, mimarlos, besarlos, abrazarlos, y pasar horas con ellos, ¡todas las posibles! Y en las decisiones actuar siempre en conciencia, sin egoísmos. Sopese mucho cada paso que dí en los quince años que duro su enfermedad, que se inicio simultáneamente con la enfermedad de mi padre y la muerte repentina de mi hermano.
Quisiera no haber contado todo esto pero creo que es necesario desmitificar el tema de los ingresos en residencia. Lo importante, repito, es actuar en conciencia y moralmente, adoptando en cada momento, y según las circunstancias, la solución más apropiada, con consejo médico, psiquiátrico, familiar...
Yo desearía para todos los cuidadores el mismo cariño y cuidados que yo prodigue a mis padres.
Un fuerte abrazo y sigue con este blog.
Cada caso es una experiencia diferente, y en cada familia se toman decisiones para poder atender a nuestros seres queridos.
ResponderEliminarRespecto a mi comadre, a ella la cuidó su hija, quien a pesar de ser sordomuda, estuvo siempre pendiente de ella, más en las noches, cuando el insomnio le hacía caminar sin rumbo por la casa.
Cuando ya no pudo cuidarla, optaron por una residencia, no sin antes vender la propia casa para obtener recursos.
Adolfina estuvo muy poco tiempo en la residencia. Ahora mi ahijada y su madre pasan por serios problemas económicos pues al vender la casa, se quedaron sin su parimonio; sin embargo están tranquilas pues le dieron a la abuelita, la atención, el cariño y compañia en su vejez y enfermedad.
Otro caso es el de la madre de una amiga.
A ella la cuida y atiende una de sus hijas que no tiene empleo; todos los demás hijos aportan los recursos económicos para solventar los gastos, tanto de su mami como los de la familia de mi amiga, pues no desean mandarla lejos de ellos, ya que en el lugar donde viven, no existe un lugar especializado.Pero más que nada, porque ahí Pastorita está rodeada del amor de su familia.
Anoche entré pero el sistema estuvo fallando, por eso me regresé para comentarte esta experiencia, aunque no personal, pero sí muy cercana.
Respecto al cuestionario para tu encuesta, es muy válido el esfuerzo, si es parte de tu formación, estoy segura que tu maestro de investigación te brindará la orientación y asesoría para valorar, reestructurar y validar los items, y obtener datos más confiables.
Perdón si me extendí...
Un abrazo!
Ah! Y Éxito en tus exámenes, estudia mucho y lee muy bien antes de responder cada cuestionario.
¡Suerte en los exámenes! Seguro que los apruebas.
ResponderEliminarUn abrazo.